América y la Reforma (2)

América y la Reforma (2)

Continuación de América y la Reforma (1)

Segunda etapa: los europeos buscan un camino y encuentran una llave

Reconquista de Jerusalén por los musulmanes bajo Saladino (1187)

Ante la pérdida de acceso libre a la Tierra Santa y los artículos de lujo traidos de Oriente -especies, telas, tapetes, seda, joyería- la primera reacción es la acostumbrada: un llamado a la guerra, la reconquista de lo que según entendimiento cristiano les pertenece. Por dos siglos, con victorias temporales y derrotas devastadoras, mayormente causadas por el carácter aventurero de los participantes, las Cruzadas eran, como lo admiten los historiadores modernos, empresas cuyo objetivo trata de poder y posesiones; en ningún momento su objetivo era la conversion de los paganos, como se llamaba a los musulmanes.

El fracaso de las Cruzadas hace pensar en formas menos costosas de restablecer un negocio tan lucrativo. Los europeos no disponen de los conocimientos en navegación que permiten a los árabes dominar al Océano Índico. Comerciantes intrépidos como la familia veneciana Polo emprenden pues la búsqueda por el centro de Asia, siguieendo a la Antigua «Ruta de la Seda», un trayecto transitable, pero largo y peligroso en extreme.

A pesar de todo, la caravana de los hermanos Polo alcanza su destino en 1260: la misteriosa y espléndida civilización mongol de China. Tardan quince años en regresar. Su descendiente, Marco Polo (1254-1324) también sigue su camino y vive por 23 años en la corte de Kublai Khan. Pasan casi cuarenta años en ida y vuelta, pero un día Marco Polo entra de nuevo a Venecia. No solo ha regresado, sino ha traído cosas valiosas. Entre ellas una masa de harina, seca y dura, cortada en tiras largas que al dejarlas hervir en agua se vuelven sabrosas y por siempre harán de Italia la patria de la pasta. Papelitos que llevan impresos cifras y con que los chinos llenan los ataúdes de sus difuntos para hacer creer a los espíritus que se trata de algo valioso; cosa que hace reír mucho a sus contemporaneous porque ¿quién podría aceptar billetes de papel en lugar de oro y plata?

Más antigua representación de la carga de un arma de fuego (1326)

También trae un polvo que los chinos usan en sus fiestas para hacerlo explotar y producir ruidos estruendos. Maravillado por las cualidades del «polvo de fuego», el monje alemán Bertoldo Schwarz (†1384) , aficionado de la alquimia, logra entender y mejorar su composición. Pensando en usos más «útiles» que la diversion, los europeos entienden que sirve para impulsar proyectiles.

El cierre de fronteras por los turcos ha provocado buscar un camino terrestre hacia Oriente, un camino no viable para el comercio de gran estilo. Pero así llega la inspiración para el invento clave que abrirá mundos que los europeos todavía no conocen: las armas de fuego. El primer mundo a descubrir sera América.

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