Las misiones en el Tercer Milenio (4)

Las misiones en el Tercer Milenio (4)

Cambio de patrones mentales

Circunstancias diferentes exigen procedimientos diferentes. Para las misiones cristianas entre pueblos no alcanzados, esto no sólo significa adoptar al enfoque intercultural, no sólo significa trabajar bajo la perspectiva del misionero nativo; el hecho que 80% de la población no alcanzada no goza del pleno desarrollo de su bienestar social y material, o incluso habita zonas privadas por completo de este bienestar, conduce necesariamente hacia una fuerte orientación social en la evangelización.

Ya en 1974, en el documento elaborado durante el Primer Congreso para la Evangelización Mundial, conocido como Pacto de Lausana, los líderes mundiales de la Iglesia contemporánea habían destacado el carácter social universal que debe tener la propagación del Reino. En 2010, el Tercer Congreso renovó y enfatizó en este compromiso, expresando nuevamente que la salvación espiritual eterna del hombre se manifiesta delante del necesitado en forma de atención integral. En caso contrario es difícil hacerle entender por qué el Dios que le ama tanto para llevarlo consigo en una vida posterior, se muestre tan indiferente con lo que le toca vivir en el presente.

Pan integral

Jesús es el pan de vida y la da en abundancia. Por el uso del griego zoé que en las Escrituras se usa para expresar «lo más excelso mejor que los santos poseen en Dios» se relaciona claramente con la vida espiritual. Al otro lado, el pan que debemos pedirle al buen Padre, es alimento para mantener al cuerpo físico en condición de seguir en el bios, un término que no sólo significa existencia sino hasta los medios para sustentarla.

Asombrosamente, muchos creyentes dudan a la hora de aportar a la obra social -sea local o misionera- porque parecen temer que el recibo gratuito de recursos convierta a los receptores en holgazanes o les induzca al despilfarro.

Es muy posible que entre los que hemos recibido la gracia haya quienes la desperdicien o descansen en saberse a salvo sin sentirse llamado a servir. ¡Gracias a Dios que esto no le impedió manifestar su generosidad!

La posibilidad del abuso no puede poner límites a la generosidad, pero sí debe conducir a organizaciones y programas cuidadosamente planeadas para obtener el mayor resultado de los recursos.

Saber que el hombre no sólo vive del pan no nos excusa cuando se trata de alimentarlo, más bien, nos debe incentivar a acompañar al Pan de vida con el pan de todos los días. La Iglesia de Cristo es la única poseedora de este Pan integral!Repartámoslo con manos llenas y en mayores cantidades allá donde los hambrientos no tienen ni de lo uno ni de lo otro!

Continuará…

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